Durante esta etapa los niños pasan del juego orientado hacia la fantasía (típico a los 3 años) hacia un juego orientado a la realidad.

En esta etapa los niños comienzan a buscar nuevos desafíos y actividades más complejas que los impulsen a expandir su pensamiento a nuevos niveles. Es por ello que disfrutan actividades que requieren concentración, destreza y que satisfagan su curiosidad. Pueden realizar actividades por más tiempo ya que la atención y la concentración están más desarrolladas. Los niños presentan un pensamiento realista, pueden desarrollar planes y estrategias de acción y son competitivos.